Konstantin Melnikov

En el mundo de la arquitectura, Konstantin Stepanovich Melnikov es un nombre que destaca entre la multitud. Nacido en 1890, comenzó su viaje artístico estudiando pintura de iconos antes de inscribirse en la Escuela de Pintura, Escultura y Arquitectura de Moscú. Aquí obtuvo su diploma en pintura en 1914 y en arquitectura en 1917.

Ese mismo año, Melnikov diseñó una fábrica de automóviles en Moscú, y tras la Revolución, trabajó en el taller de arquitectura del soviet de Moscú. También colaboró con el departamento de arquitectura del Centro Soviético de Educación. De 1920 a 1923, impartió clases en los prestigiosos VKhUTEMAS, un centro de enseñanza de talleres artísticos y técnicos de élite.

Su talento se hizo evidente al planificar un barrio obrero en 1923, seguido por el diseño del Mercado Sujarevsk y un pabellón de exposiciones para la sociedad tabaquera Majorka en 1924. La estructura angulosa de madera del pabellón marcó un hito en su exploración de posibilidades de configuración.

En 1925, durante la Exposición Internacional de las Artes Decorativas e Industriales Modernas de París, Melnikov dejó su huella con el diseño del pabellón soviético, mientras Alexander Rodchenko seleccionó el color de la construcción de madera. La escalera diagonal del pabellón atravesaba un cuadrado y conducía a la planta superior, con muros y cubiertas totalmente acristalados. Aunque no llegó a construirse, su propuesta de un edificio de aparcamiento sobre el Sena en París fue igualmente audaz.

La casa de Konstantin Melnikov en Moscú (1927-1929) es una obra maestra formada por dos cilindros interpenetrados, uno con amplias superficies acristaladas y el otro con ventanas hexagonales.

Durante este período, también se embarcó en la construcción de seis clubes de trabajadores, incluidos el club de la fábrica Svoboda, el club Frunze, el club Rusakov, el club Pravda, el club de la fábrica de caucho y el club Burevestnik.

Desde 1926 hasta 1936, Melnikov construyó cuatro garajes en Moscú. Diseñó un monumento a Colón en Santo Domingo en 1929 y, en 1934, proyectó un teatro sindical y el Centro Soviético de la Industria Pesada de Moscú. Sin embargo, sus innovadores hallazgos formales le valieron la acusación de ser un formalista. A partir de entonces, su carrera sufrió un declive y solo recibió encargos para remodelaciones de interiores. Entre 1937 y 1953, no pudo utilizar su título de arquitecto ni una sola vez.