Ernő Goldfinger

El arquitecto Ernő Goldfinger, nacido en Budapest en 1902 y fallecido en 1987, inició su camino en el mundo del arte en 1920, al ingresar a la prestigiosa Escuela de Bellas Artes de París. Allí, tuvo la oportunidad de adquirir experiencia práctica trabajando un año en el taller del reconocido Auguste Perret.

Goldfinger llevó su talento a Londres, donde en 1927, acondicionó el salón de Helena Rubinstein. Entre 1925 y 1929, dirigió un despacho junto con André Sive, quien luego cambiaría su apellido a Szivessy. Ernő Goldfinger se convirtió en representante del grupo francés en la conferencia CIAM de 1933. Un año después, se mudó a Londres y se unió al grupo MARS. Su despacho londinense se especializó en arquitectura de interiores y diseño.

El arquitecto húngaro dejó su huella en la Exposición Universal de París de 1937, donde diseñó parte del pabellón inglés. En suelo londinense, construyó tres casas adosadas en Willow Road (1936-1939), una de las cuales se convirtió en su propio hogar. Después de la guerra, Ernő Goldfinger se sumergió en diversos proyectos públicos, como el edificio Daily Worker en Londres (1946) y dos escuelas situadas en Bradle Road y Westville Road, ambas en 1950.

Una de sus contribuciones más destacadas fue la Casa Alexander Fleming (1959-1963), que impulsó la reestructuración del barrio Elephant and Castle de Londres. Goldfinger también es conocido por sus emblemáticas torres residenciales: la Torre Balfron en Poplar (1963-1965) y la Torre Trellick en Kensington (1967-1972). El complejo Balfron, en su momento, fue una de las construcciones residenciales más altas de Europa. Su diseño incluye una torre independiente que alberga ascensores y elementos técnicos funcionales, conectada al edificio principal mediante nueve galerías acristaladas. A pesar de su innovación, el largo proceso constructivo hizo que el edificio fuera considerado anacrónico desde sus inicios.