Carlo Scarpa

El arquitecto Carlo Scarpa (1906-1978) comenzó su andadura en la Academia de Bellas Artes de Venecia, a la par que colaboraba con Vincenzo Ribaldo. Posteriormente, se unió a Guido Cirilli en el Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia como profesor adjunto. Sus primeras obras incluyen la decoración interior de la tienda Vetrai Muranesi Cappellin & Co., en Florencia (1928). Durante más de tres décadas, Carlo Scarpa estuvo involucrado en la organización de las Bienales de Venecia, destacando la exposición de Paul Klee de 1948 y el pabellón de la Exposición del Libro de Arte de 1950.

Entre sus proyectos más notables se encuentra la casa Veritti en Udine (1955-1961). Además, sus trabajos en la remodelación del Museo Correr (1953-1960) y la Ca’ Foscari (1954-1956), ambas en Venecia, atrajeron la atención del mundo arquitectónico. Colaboró con Ignazio Gardella y Giovanni Michelucci en la decoración de las seis salas de los Uffici en Florencia (1954-1956) y diseñó la ampliación del Museo Canova de Possagno (1955-1957). Carlo Scarpa mostró un talento especial para dirigir la luz a través de ventanas, rendijas y pozos de luz poco convencionales, a fin de realzar las esculturas expuestas.

Más tarde, Carlo Scarpa decoró la sala de exposición y ventas de la firma Olivetti en Venecia, su ciudad natal (1957-1958). En 1962, fue nombrado catedrático supernumerario de arquitectura interior. Su remodelación del Museo Castevecchio de Verona (1956-1964) es especialmente memorable por cómo resaltó las distintas etapas de reconstrucción del edificio.

Tras sus viajes por Estados Unidos y Japón, Carlo Scarpa diseñó un panteón familiar encargado por Riño Brion, junto al cementerio de San Vito d’Altivole, cerca de Treviso (1969-1978). Con más de 2.000 metros cuadrados a su disposición, creó una obra de arte total que incluía un portal, una capilla y un pabellón de meditación, rodeados por un muro inclinado con características de bastión.

En 1972, fue nombrado director del Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia, donde enseñó hasta 1977. Su última gran obra fue la Banca Popolare de Verona (1973), realizada en colaboración con Arrigo Rudi, quien la terminó en 1981. A pesar de su genialidad, el reconocimiento a Carlo Scarpa como arquitecto fue escaso en vida.