Frederick Gibberd

Frederick Gibberd fue un arquitecto icónico cuya visión transformó la arquitectura moderna. Sir Frederick Ernest Gibberd (1908-1984) comenzó su viaje estudiando arquitectura en Birmingham antes de aventurarse por su cuenta en 1930. Durante este tiempo, colaboró con Francis Reginald Stevens Yorke, a quien conoció mientras estudiaba. Juntos, publicaron influyentes obras, siendo «The Modern Fiat» (1937) la más destacada.

El primer gran proyecto de Gibberd fue el complejo residencial Pullmann Court en Londres (1933-1936). Formó parte del grupo MARS y fue un líder en el movimiento New-Town de Inglaterra, inspirado por la idea de la ciudad ajardinada. En 1945, fundó Frederick Gibberd Partnership, una firma de arquitectura que perdura hasta hoy.

Tras la Segunda Guerra Mundial, el gobierno británico impulsó el concepto de New-Town. Un ente estatal adquirió tierras y estableció planes para la construcción de nuevas áreas urbanas, con el objetivo de descentralizar y aliviar la densidad en el centro de Londres. Así, se crearon ocho urbanizaciones en la «pradera verde» de Londres, hogar de 500,000 personas y numerosos servicios.

Gibberd diseñó el innovador proyecto Harlow New Town en Essex (1947), que incluía una zona peatonal, edificios altos de viviendas y una gran cantidad de arte en los espacios públicos, con obras de artistas como Henry Moore y Barbara Hepworth. Paralelamente, publicó su libro «Town Design» (1953).

El legado de Gibberd abarca una amplia gama de proyectos destacados, como la mezquita de Tentra en Londres (1970-1977) y la catedral Metropolitana de Liverpool (1962-1967). Esta última fue objeto de críticas por su diseño circular y su tejado cónico de aluminio. Además, fue responsable de la planificación del aeropuerto de Heathrow en Londres (1950-1969).

En resumen, la vida y obra de Sir Frederick Ernest Gibberd han dejado una impresión duradera en la arquitectura moderna. Sus innovadoras ideas y su enfoque audaz en la planificación urbana continúan inspirando a generaciones futuras.